viernes, 20 de septiembre de 2013

JUGAMOS A LO SEGURO Ó ARRIESGAMOS

 
Muchas organizaciones tienen las ideas claras respecto de hacer cambios o no en su organización, en su cartera de productos o servicios, en la búsqueda de nuevos mercados, etc; esas ideas claras se resumen en dos grandes líneas:
  • Como todo nos va bien, pues sigamos como estamos, no cambiemos lo que funciona. Juguemos a lo seguro.
  • ¿Cómo mejoramos, cómo avanzamos y cómo conseguimos nuevos clientes, más negocio, mejores resultados? ¿Qué tenemos que hacer para avanzar y no quedarnos fuera del mercado en el futuro?. Arriesguemos.
En las empresas estamos muy acostumbrados a calcular y cuantificar los costes, las ventajas y los inconvenientes, los riesgos, de realizar nuevos proyectos. Sin embargo, no somos tan expertos ni estamos tan preparados ni acostumbrados a analizar y cuantificar las implicaciones y los riesgos de seguir haciendo lo que hacemos, sin más, de seguir el rumbo en el que estamos. Es decir, la pregunta de referencia sería ¿Qué es lo peor que nos puede pasar si seguimos así?

 Entramos de lleno en el concepto y análisis de la complacencia, de ya estamos bien como estamos, de no pensar en qué riesgos estamos incurriendo por no asumir nuevos retos, nuevos riesgos. En definitiva estamos temerosos, tenemos miedo de enfrentarnos con cambios, no queremos abandonar nuestra zona cómoda.

Ahora bien, si somos capaces de mirar con visión a largo plazo, con visión de futuro, si somos audaces y vemos más allá de la crisis actual, si nos ponemos en perspectiva del nuevo orden económico y social que se nos presentará en un corto plazo de tiempo; entonces seguro que aprovecharemos el momento para abandonar "la manada", para buscar nuevos horizontes y nuevas perspectivas de futuro y no seguir haciendo lo mismo, para movernos de donde estamos.

Pensando en esa situación de futuro, debemos poner a trabajar dos poderosas herramientas que nos decía Theodore Levitt:
  • La creatividad, que consiste en idear nuevas cosas
  • La innovación, que consiste en ponerlas en marcha 
 
Un ejemplo representativo de la aplicación de esas herramientas tuvo lugar en la depresión cuando General Motors, encontró la manera de mantener su marca de lujo Buick, en una economía que se hundía a pasos agigantados. La solución que encontraron fue persuadir a los consumidores para lanzarse a comprar un Buick utilizado, en lugar de comprar un coche nuevo. Era lógicamente una manera más barata para seguir luchando contra sus competidores, además de ser considerada como una idea audaz en ese momento.

En el mercado estamos presentes una serie de empresas que ofrecemos nuestros servicios para ayudar a establecer estrategias audaces para reposicionar a las organizaciones durante los momentos de crisis económica.  En unos casos con cambios en los productos, en los mercados, en las estrategias, en la organización operativa, en el marketing y ventas, en sistemas informáticos y de gestión de datos,.............

¿Por qué, entonces hay empresas que siguen empeñadas en andar solas, en no contar con ayuda externa?. En un artículo publicado por el Journal of Marketing, Peter Dickson y José Giglierano argumentaban que los ejecutivos y los empresarios se enfrentan a dos tipos muy diferentes de  riesgos :
  •  Uno de ellos es que su organización va a hacer un movimiento audaz que no tiene éxito - un riesgo que ellos llaman " el hundimiento del barco. "
  • El otro es que su organización va a dejar de hacer un movimiento audaz que ha tenido éxito - un riesgo que ellos llaman " perder el tren . "
La mayoría de los ejecutivos se preocupan más por el hundimiento del barco que de perder el tren , por lo que muchas organizaciones son conservadoras y no quieren arriesgar y prefieren jugar sobre seguro. En cambio sólo unos pocos prefieren modificar o crear el entorno en el que se mueven para buscar "la tormenta perfecta" que les lleve a marcar un nuevo rumbo para su barco. 

Como Miguel Ángel dijo "El mayor peligro para la mayoría de nosotros no se encuentra en  que el objetivo que nos fijamos es demasiado alto y no lo cumplimos, sino en que el objetivo establecido es demasiado bajo, y lo logramos fácilmente".

Por tanto, dejemos de ser complacientes, dejemos de estar cómodos y movámonos hacia nuevos retos y nuevos mares para que nuestro "barco" empresarial tenga nuevos rumbos. Para ello aquí nos tienes a tu disposición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario